La Inmaculada Concepción

ALÉGRATE, LLENA DE GRACIA

Es una frase única, pronunciada de generación den generación  desde aquel primer encuentro entre María y el Angel Gabriel. 
Frase cargada de sentido, porque lo que decimos a María es: alégrate, tu la dichosa, la plena, la feliz. Tu la llena de Dios, la mujer y discípula fiel, la que ha escuchado la Palabra de Dios, la ha guardado en el corazón y la ha hecho vida. Alégrate llena de gracia, es la frase que encierra el motivo singular al celebrar a María en su Inmaculada Concepción. 
De ahí que el celebrar esta fiesta no es celebrar la lejanía de una mujer exageradamente santa (aunque lo es) ante un ser humano que se siente pecador y por lo tanto no tan cerca de ella la,  aparentemente incansable. Sino que, celebrar esta fiesta es más bien celebrar la cercanía de María al ser humano necesitado siempre de gracia, buscador siempre de verdad, de fe, de esperanza y de amor. Es celebrar la santidad que de por sí se abaja, comprende, y claro se acerca a aquello que también ha sido creado por gracia, aunque muchas veces esta la ha perdido.  María nos ayuda a encontrar lo que ella nunca perdió. 
Vivir en un estado de gracia es vivir en un constante abajamiento y cercanía a lo que está herido, a lo que necesita levantarse. Vivir en estado de gracia no es alejamiento de lo que en aparaciencia es pecado, sino que es busqueda de aquello que necesita ser sanado y levantado  Y María se manifiesta así, siempre amiga y cercana a cada generación, siempre comprendiendo al ser humano necesitado de salvación. Siempre atenta a nuestras necesidades y en búsqueda de aquellos que pertenecen a su Dios, (todos) 
Ella, la llena siempre de gracia, intercede minuto a minuto por cada ser humano, de generación en generación, y nuestro tiempo no se queda fuera de esta interceción. Para que también nosotros, llenos de gracia, demos los frutos que ella dío, siempre al encuentro de los demás.  FELIZ DÍA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN