Vivimos en un país en donde somos la minoría católicos, pero también descubrimos que, en medio del desierto de la fe, Dios sigue manifestando su amor a su pueblo. Llevamos el nombre de misioneros, porque queremos poner al servicio de la Iglesia, que en sí misma es misionera, el don de nuestra juventud, testimoniando la fe y llevando a Jesús a otros jovenes. Esto nos recuerda, que también la juventud tiene grandes ideales para llegar a ser lo que Dios sueña con nosotros. En nuestros encuentros, además de tratar temas de interés para los jovenes, compartimos y vivimos la amistad y preparamos actividades que puedan servir de ayuda a otros jovenes, para encontrarse con Jesucristo, el único que puede llenar de sentido su existencia. Tenemos a Teresa de Lisieux como compañera en esta aventura, porque ella es patrona de las misiones y porque, como joven, nos enseña que la juventud es capaz de grandes ideales. Si tu quieres ser parte de esta aventura misionera, contactate con nosotros.

!NO OLVIDES PONER PAUSA SOBRE EL AUDIO DE "En tu cruz sigues hoy " DE LA LATERAL, DERECHA PARA ESCUCHAR ALGUNO DE LOS OTROS VIDEOS !

torsdag 25 augusti 2011

JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD-MADRID 2011







"Espero que hayáis podido dormir un poco, a pesar de las inclemencias del tiempo. Seguro que en esta madrugada habréis levantado los ojos al cielo más de una vez, y no sólo los ojos, también el corazón, y esto os habrá permitido rezar. Dios saca bienes de todo" (Benedicto XVI)




Con la celebración de la Eucaristía llegamos al momento culminante de esta Jornada Mundial de la Juventud. Al veros aquí, venidos en gran número de todas partes, mi corazón se llena de gozo pensando en el afecto especial con el que Jesús os mira. Sí, el Señor os quiere y os llama amigos suyos (cf. Jn 15,15). Él viene a vuestro encuentro y desea acompañaros en vuestro camino, para abriros las puertas de una vida plena, y haceros partícipes de su relación íntima con el Padre. Nosotros, por nuestra parte, conscientes de la grandeza de su amor, deseamos corresponder con toda generosidad a esta muestra de predilección con el propósito de compartir también con los demás la alegría que hemos recibido. Ciertamente, son muchos en la actualidad los que se sienten atraídos por la figura de Cristo y desean conocerlo mejor. Perciben que Él es la respuesta a muchas de sus inquietudes personales. Pero, ¿quién es Él realmente? ¿Cómo es posible que alguien que ha vivido sobre la tierra hace tantos años tenga algo que ver conmigo hoy?

Queridos jóvenes, también hoy Cristo se dirige a vosotros con la misma pregunta que hizo a los apóstoles: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Respondedle con generosidad y valentía, como corresponde a un corazón joven como el vuestro. Decidle: Jesús, yo sé que Tú eres el Hijo de Dios que has dado tu vida por mí. Quiero seguirte con fidelidad y dejarme guiar por tu palabra. Tú me conoces y me amas. Yo me fío de ti y pongo mi vida entera en tus manos. Quiero que seas la fuerza que me sostenga, la alegría que nunca me abandone.

En su respuesta a la confesión de Pedro, Jesús habla de la Iglesia: «Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». ¿Qué significa esto? Jesús construye la Iglesia sobre la roca de la fe de Pedro, que confiesa la divinidad de Cristo. Sí, la Iglesia no es una simple institución humana, como otra cualquiera, sino que está estrechamente unida a Dios. El mismo Cristo se refiere a ella como «su» Iglesia. No se puede separar a Cristo de la Iglesia, como no se puede separar la cabeza del cuerpo (cf. 1Co 12,12). La Iglesia no vive de sí misma, sino del Señor. Él está presente en medio de ella, y le da vida, alimento y fortaleza.

Queridos jóvenes, permitidme que, como Sucesor de Pedro, os invite a fortalecer esta fe que se nos ha transmitido desde los Apóstoles, a poner a Cristo, el Hijo de Dios, en el centro de vuestra vida. Pero permitidme también que os recuerde que seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir «por su cuenta» o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de Él.

Tener fe es apoyarse en la fe de tus hermanos, y que tu fe sirva igualmente de apoyo para la de otros. Os pido, queridos amigos, que améis a la Iglesia, que os ha engendrado en la fe, que os ha ayudado a conocer mejor a Cristo, que os ha hecho descubrir la belleza de su amor. Para el crecimiento de vuestra amistad con Cristo es fundamental reconocer la importancia de vuestra gozosa inserción en las parroquias, comunidades y movimientos, así como la participación en la Eucaristía de cada domingo, la recepción frecuente del sacramento del perdón, y el cultivo de la oración y meditación de la Palabra de Dios.

De esta amistad con Jesús nacerá también el impulso que lleva a dar testimonio de la fe en los más diversos ambientes, incluso allí donde hay rechazo o indiferencia. No se puede encontrar a Cristo y no darlo a conocer a los demás. Por tanto, no os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Comunicad a los demás la alegría de vuestra fe. El mundo necesita el testimonio de vuestra fe, necesita ciertamente a Dios. Pienso que vuestra presencia aquí, jóvenes venidos de los cinco continentes, es una maravillosa prueba de la fecundidad del mandato de Cristo a la Iglesia: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación» (Mc 16,15). También a vosotros os incumbe la extraordinaria tarea de ser discípulos y misioneros de Cristo en otras tierras y países donde hay multitud de jóvenes que aspiran a cosas más grandes y, vislumbrando en sus corazones la posibilidad de valores más auténticos, no se dejan seducir por las falsas promesas de un estilo de vida sin Dios.

Queridos jóvenes, rezo por vosotros con todo el afecto de mi corazón. Os encomiendo a la Virgen María, para que ella os acompañe siempre con su intercesión maternal y os enseñe la fidelidad a la Palabra de Dios. Os pido también que recéis por el Papa, para que, como Sucesor de Pedro, pueda seguir confirmando a sus hermanos en la fe. Que todos en la Iglesia, pastores y fieles, nos acerquemos cada día más al Señor, para que crezcamos en santidad de vida y demos así un testimonio eficaz de que Jesucristo es

onsdag 3 augusti 2011

JMTL con el SUK en Madrid 2011


Cansansio, trabajo, examenes, qué es lo que más me preocupa para no asistir a la JMJ? creo que nada de eso, al menos así lo pretendo, porque descubro que mi vida es CRISTO, y es El quien ilumina mi vida con todas sus luchas y esperanzas, y alrededor de El, gira toda mi vida y sus luchas de juventud, por eso, quiero darme el espacio para asistir a la JMJ, así que muchos de nosotros viajamos a Madrid, pero no sólo nosotros, también te llevaremos a tí que no puedes asistir, en nuestro corazón, te haremos presente con la gran multitud de jovenes, venidos de todos el mundo y con nuestro pastor, el papa Benedicto XVI, con quienes seguiremos deciendo a Cristo, que queremos estar arriesgados en EL y firmes en la fe. Agradecemos a todos su apoyo y oraciones. Viajamos el próximo jueves 11 de Agosto y regresamos el 21 del mismo mes. NUESTRO PEREGRINAJE SERÁ JUNTO A TODOS LOS JOVENES DE NUESTRA DIOCESIS, CON EL SUK (jovenes católicos de Suecia), en donde convivimos con una gran comunidad internacional de jovenes, también venidos de muchas partes del mundo, con los que compartirmos la misma experiencia de haber emigrado a este país, así como algunos jovenes suecos de este bello lugar que nos acoge. Si quieres seguirnos en Madrid, podrás entrar a este blogg. www.vud2011.blogspot.com

"Recibid y llevad la Cruz de Cristo por el mundo, como signo del amor del Señor Jesús a la humanidad y anunciad a todos, que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención" (Juan Pablo II)


Yo quiero ser el amor en la Iglesia

MENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI A LOS JÓVENES DEL MUNDO

CON OCASIÓN DE LA XXIV JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD 2009



«Hemos puesto nuestra esperanza en el Dios vivo» (1 Tm 4,10)


Queridos amigos:

El próximo domingo de Ramos celebraremos en el ámbito diocesano la XXIV Jornada Mundial de la Juventud. Mientras nos preparamos a esta celebración anual, recuerdo con enorme gratitud al Señor el encuentro que tuvimos en
Sydney, en julio del año pasado. Un encuentro inolvidable, durante el cual el Espíritu Santo renovó la vida de tantos jóvenes que acudieron desde todos los lugares del mundo. La alegría de la fiesta y el entusiasmo espiritual experimentados en esos días, fueron un signo elocuente de la presencia del Espíritu de Cristo. Ahora nos encaminamos hacia el encuentro internacional programado para 2011 en Madrid y que tendrá como tema las palabras del apóstol Pablo: «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe» (cf. Col 2,7). Teniendo en cuenta esta cita mundial de jóvenes, queremos hacer juntos un camino formativo, reflexionando en 2009 sobre la afirmación de san Pablo: «Hemos puesto nuestra esperanza en el Dios vivo» (1 Tm 4,10), y en 2010 sobre la pregunta del joven rico a Jesús: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?» (Mc 10,17).