EVANGELIO
En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la Palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del Profeta Isaías.
-- Una voz grita en el desierto: preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios.
Y en el año 2012, la Palabra de Dios también es dirigida a nosotros como voz que clama en el desierto. Y se recorre todas las comarcas de los medios de comunicación, las comarcas de las redes sociales, de las escuelas, de las ciudades, de los pueblos, de los medios de transporte, las comarcas de nuestras familias en sus diferentes realidades.
Y la voz grita en el desierto de nuestro interior, en nuestras busquedas y oscuridades, en nuestras ilusiones y esperanzas. PREPARAD EL CAMINO AL SEÑOR. Sí, hacer un serio espacio en nuestra vida y ver lo que tiene o no sentido, ver todo aquello que necesita ser limpiado y reparado en nuestro corazón joven para la llegada del Señor.
Sí, que se eleven los valles de la esperanza y del amor, de la comprensión y de la caridad, del a busqueda de Dios.
Que desciendan los montes y las colinas de nuestro orgullo, de nuestras depresiones, de nuestros miedos.
Que lo torcido, aquello que nos aleja de la verdad de Dios, se enderece, y lo escabroso, aquello que nos quita la alegría de vivir, el sueño de la juventud, el entusiamo por la vida, se iguale y todos podamos contemplar la SALVACIÓN DE DIOS en medio de nosotros.
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