La JMJ no es algo que quedó en la historia, Cristo es ayer, hoy y siempre y sigue haciendo maravillas en nosotros. Sabemos del compromiso que tenemos para seguir siendo mensajeros de su palabra en este país, sobre todo con el testimonio de vida cristiana. Queremos conocer más nuestra fe para dar razón de ella a todos cuantos nos pregunten. Si alguien se rie de nosotros por ser católicos es ahí el momento de ser testigo de Aquel que prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.

Construimos nuestra casa sobre roca si estamos unidos a Cristo en los sacramentos, al participar más frecuente de la Eucaristía, cuando oramos juntos, al conocer más nuestra fe para dar razón de ella, cuando somos testimonio vivo y animado de vida cristiana, de modo que otros encuentren acogida en nuestra casa y se sientan atraidos por nuestra forma de vivir. Y esto esto es vivir firmes en la fe y arraigados en Cristo.
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